Los niños de 4º del Siétamo hemos estado trabajando las leyendas. Para ello hemos inventado entre todos una leyenda sobre nuestro colegio utilizando la estructura de trabajo cooperativo "folio giratorio".
Un miembro del equipo empieza a escribir su parte o su aportación en un folio «giratorio».
A continuación, lo pasa al compañero de al lado siguiendo la dirección de las agujas del reloj para que escriba su parte de la historia en el folio, y así sucesivamente hasta que todos los miembros del equipo han participado.
Antes de escribir el que le toca hacerlo en aquel momento, primero comenta a sus compañeros y compañeras de equipo lo que piensa escribir, para que confirmen si les parece bien.
Mientras uno escribe, los demás miembros del equipo deben estar pendientes de ello y fijarse si lo hace bien y corregirle si es necesario. Todo el equipo –no cada uno sólo de su parte– es responsable de lo que se ha escrito en el “folio giratorio”.
Un miembro del equipo empieza a escribir su parte o su aportación en un folio «giratorio».
A continuación, lo pasa al compañero de al lado siguiendo la dirección de las agujas del reloj para que escriba su parte de la historia en el folio, y así sucesivamente hasta que todos los miembros del equipo han participado.
Antes de escribir el que le toca hacerlo en aquel momento, primero comenta a sus compañeros y compañeras de equipo lo que piensa escribir, para que confirmen si les parece bien.
Mientras uno escribe, los demás miembros del equipo deben estar pendientes de ello y fijarse si lo hace bien y corregirle si es necesario. Todo el equipo –no cada uno sólo de su parte– es responsable de lo que se ha escrito en el “folio giratorio”.
LEYENDA DEL ALTILLO DEL COLE DE
SIÉTAMO
Cuenta la
leyenda que hace muchos años el colegio de Siétamo era un internado para niños.
Los niños estaban muy tristes porque no veían a sus padres y además les hacían
trabajar mucho.
Un día los niños pensaron un plan para escapar
de ese lugar. Cogieron todas las sábanas de sus camas, las ataron e hicieron
una cuerda muy larga. Esperaron a que fuera de noche para escapar por la
ventana. Cuando llegó la noche, aprovecharon que las monitoras estaban
dormidas, ataron la cuerda a una cama y salieron por la ventana. Pero tuvieron
la mala suerte de que el último niño se
cayó en el contenedor de la basura. Entonces las monitoras se despertaron y
atraparon a los niños. Como castigo los encerraron en su cuarto. Los niños
estaban desesperados, llorando y muy tristes
cuando de repente escucharon un relincho. Fueron a mirar por la ventana
y descubrieron que detrás de ellos había un enorme caballo con alas,
blanco como la nieve y con cabello dorado como el oro. Sus alas eran
azules como el cielo. Entonces abrieron
la ventana y el caballo entró y les dijo:
-¡No os
preocupéis niños! Si me prometéis que vais a ser buenos os liberaré de este
lugar.
Los niños
le prometieron que iban a ser buenos y se montaron en él. Entonces el caballo
salió volando por la ventana pero una monitora que lo escuchó todo lo agarró
por la cola. Pensaron dónde encerrar al caballo y se les ocurrió construir un
altillo y encerraron al caballo en él. Al día siguiente, cuando fueron a darle
de comer se dieron cuenta de que el caballo había desaparecido llevándose a los
niños con él.
FEDE MIGUEL ÁNGEL JON LEIDY
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